domingo, 18 de julio de 2010

Mi hijo ya juega...
Conocerlo es como decir que conozco la luna. He visto fotos, me han explicado muchas cosas de él, me cuentan de experiencias a su lado. Hay días en que es tan grande el deseo, que casi siento que lo puedo tocar...
Pero la realidad es que no lo conozco. No se que forma está tomando su cara, no se que gestos está desarrollando y que lo caracterizarán por el resto de su vida, no se que tan fuerte ya puede tomar mi dedo entre sus manitas, no se si tiene la mirada amorosa, comprehensiva y penetrante de Pit... nisiquiera sé de que color tiene sus ojos.
Y me duele no poder ser testigo de la metamorfosis de Pit. Conviritiendose en madre... Esperando años para poder presenciar ese momento y me lo estoy perdiendo... damn!
Pero con todo eso, aun tengo sueños e ilusiones, visualizo un futuro muy cercano donde estemos juntos en la baticueva, desarrollando nuestras personalidades alrededor de nosotros tres y de nadie más, tomando parte fundamental en el desarrollo de choc (choc: dicese del que casi fue choco), creando una familia llena de virtudes, bondades y cualidades. Paseando los domingos en nuestra querida Cholula, enseñándole (a los dos) a andar en bicicleta, enseñarle la importancia de la sangre y lo fundamental de los amigos, llorando con sus tropiezos y celebrando cuando se levante, simplemente ser un observador y acompañante de su ser...
Mientras tanto lo que me consuela es que Pit lo está cuidando y lo hace un niño feliz, con el simple hecho de ser su madre...

Love u Pit&Choc... tanto como 687 km de distancia...

2 comentarios: